He empezado a
compartir sobre este libro hace unas semanas. Si quieres ver la primera
parte ir aquí.
El Toque Físico
Una niña tiene
que mudarse con su familia, deja sus amigos, su escuela, todo lo conocido.
Al ser preguntada cómo se siente, dice: No pasa nada, sé que es
importante por el trabajo de papá y me encanta todos los abrazos y besos extras
que me están dando mamá y papá.
Foto: Pinterest |
El toque físico: la
"lucha" en el suelo del salón entre padre e hijo, la mamá que lee un
libro a su hija que está tán cómoda en su regaso ... todas estas cosas cuentan.
Estudios indican que la mayoría de los padres solamente tocan sus hijos
cuando necesario: cambiándoles la ropa, llevándoles a la cama cuando se
duermen, etc.
Algunos padres
son muy físicos en su relación con los hijos, pero la realidad es que la
mayoría hacemos justo lo necesario. El libro habla de un padre que
percibió que su hija estaba afastándose de él emocionalmente. Poco a
poco, después de recibir consejos, empezó a ser más físico (un toque en el hombro
o en el brazo, el coger de las manos, etc.). Descubrió que su hija necesitaba
estos toques, y abrazos que pasaron a ser parte del relacionamiento, para
sentirse amada. Cuando ella no recibía esto, se ponía rebelde y rencorosa
por no sentirse amada.
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Estudios dicen
que el toque físico, en recién nacidos, les proporciona una vida emocional
saludable. El niño que es “achuchado”
se desarrolla más saludablemente que el que es dejado solo por largos períodos
de tiempo.
Esta idea ya
viene desde por lo menos el primer siclo A.C. cuando los discípulos traían los
niños para ser tocados por Jesús. Los discípulos no querían que estuviesen allí,
pero Jesús dijo: Dejad venir a mí los pequeñitos, porque de los tales el es
reino de Dios. Y os digo, si uno no
recibe el reino de Dios como uno de ellos nunca entrará en él. Diciendo esto, Jesús tomó a los niños en sus
brazos, les impuso las manos y les bendijo.
Foto: Pinterest |
Más tarde en el
libro se indicará cómo descubrir el lenguaje de amor de su hijo, pero aparte de
esto, independiente de sus preferencias, el contacto físico es muy importante. Muchos
que hemos afrontado problemas de abusos sexuales personalmente o de oídas,
podemos tener miedo a esta expresión tan saludable de los sentimientos. Tenemos que romper las cadenas del miedo y
hacerlo con el cariño y amor de un padre o madre. Infelizmente lo que vemos hoy en día, abusos,
aberraciones, nos puede influir en esto.
Toques Físicos
en las diferentes etapas del crecimiento del niño:
Fase 0-5 años
aproximadamente:
Los bebes
necesitan el toque, y las circunstancias permiten que eso sea casi una
necesidad cuando lloran, etc. Van
creciendo y la necesidad no disminuye. Tienes que encontrar otras maneras de
tocar a tus hijos a través de juegos físicos, cargar en los hombros, etc. Esto es algo que sí no te viene natural,
todavía se puede aprender. No importa
cuán “robótico” es para ti, para tu hijo es necesario y esto es lo que importa.
Fase escolar 6-10
años aproximadamente:
En esta fase el
toque físico se traduce en seguridad.
Cuando el niño sale al cole o cuando regresa, es algo importante
abrazarle para que sepa que en casa es amado.
Ellos tienen que estar con amigos y profesores que ni siempre saben
construir su auto estima. Es nuestro
papel como padres hacer con que se sientan seguros. Quizás a los chicos no les guste ser
abrazados todo el tiempo, allí entra la necesidad de creatividad: las luchas físicas con papá, los juegos de
grupo en familia, los toques escondidos (sujetarles el brazo o la mano con más
presión o por más tiempo para comunicar tu aceptación y amor sin que otros se
den cuenta), etc.
Foto: Pinterest |
Pre adolescencia
11-12 aproximadamente:
Es una fase
delicada donde los chicos y chicas buscan su identidad. Si has sido una persona física en su relacionamiento
con los hijos, puede ser más fácil pero no sin su dificultad pues ya no les gustan tanto los abrazos y besos, pensando que esto es cosa de “niños”. Las chicas necesitan este toque físico de su
padre para que no lo busquen en los chicos de una manera descontrolada. Su desarrollo físico le juega pasadas y tienen
necesidades. Los padres deben, a medida
que lo permitan, poner el brazo en sus hombros, cogerles del brazo, sentarse al
lado, besarles en la mejilla por las mañanas, o cuando se despiden. El toque físico cambia pero no deja de
existir. En los chicos, una vez más el
reto: encontrar maneras creativas de hacerlo, y quizás afastado del público.
Adolescencia 13-
…
El toque físico
es muy importante pero siempre en la privacidad, a no ser que sea a la
iniciativa del propio adolescente. Ellos
están buscando su identidad independiente y el ser abrazados en público puedes representar
las risas de sus compañeros. Hay una
tendencia que los papás ya no abracen sus hijas en esta fase. Es una equivocación. Lo necesitan para que tengan su “tanque”
lleno en casa y no lo busquen hacerlo fuera de manera no apropiada. Lo mismo pasa con los chicos.
Algunas ideas
creativas: si han jugado deporte y tienen el cuerpo dolido, puedes ofrecer a masajear
los músculos cansados, si han estudiado muchas horas puedes ofrecer a hacer un masaje
en el cuello, puedes ver una película en casa propiciando que se tumben en el sofá
a tu lado, etc. Usa la imaginación
dentro de tu realidad.
Foto: Pinterest |
Si el idioma del
amor de tu hijo es el toque físico (lo evaluaremos en otra publicación), él se
sentirá amado cuando reciba el encuentro físico de parte de sus padres más que
las palabra “Yo te amo”.
A veces podemos
no entender a un niño que constantemente nos está tocando, pellizcando, tirando
de los pelos, haciendo juegos físicos (tapar los ojos, atar las manos,
etc.). Él puede estar tratando de
recibir amor en la manera que entiende.
Y nosotros lo estamos malinterpretando como pesado. Hay que identificar lo que nuestros hijos
nos están comunicando.
Foto: Pinterest |
¿Qué dicen los
niños?
Una niña de 7
años: “Yo sé que mis padres me quieren porque siempre me dan abrazos y besos”.
Un chico en el
primer año de la universidad: “Sé que puedo contar con el amor de mis padres,
no hay ocasión que me marche que no salga de casa abrazado por mis padres,
siempre me lo están demostrando. Cuando
llego a casa es lo mismo. Mis amigos no
pueden creer el ambiente que hay en casa y dicen que en sus casas no es así.”
Una niña de 11 años que vive con su mamá y visita a su padre cada dos
semanas: “Yo sé que me padre me ama,
cuando llego para visitarle me da unos abrazos increíbles, nos sentamos en el sofá
y vemos una película juntos … cuando me marcho me abraza por un largo rato y
dice que me extraña mucho. Mi mamá me
quiere y siempre me cuida mucho pero quisiera que me abrazara más.”
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