A estas alturas, Vincent Vang Gogh no necesita ninguna presentación.
Es uno de los pintores más conocidos, por propios o extraños, por chicos y grandes.
Hace ya muchos años que podríamos decir que Vang Gogh está de moda. Su vida y
su obra, quizás a partes iguales, son la causa de ello. Tengo que confesar que
su obra me encanta, y su vida me intriga.
He tenido la ocasión de contemplar algunos de sus cuadros en
museos que los exponen de manera permanente o temporal, pero el
pasado mes de agosto tuve la oportunidad de contemplar algunos de los escenarios
de sus cuadros. Y de nuevo he comprobado cómo su obra y su vida continúan
siendo sugerentes e inspiradoras para mí.
Pude reflexionar sobre su capacidad de “ver”. Los olivos,
los girasoles, o los campos de lavanda, que para muchos no son más que eso, para él
fueron escenas dignas de ser inmortalizadas. Él vio belleza en lo
cotidiano y eso me gusta…
Contemplando esos escenarios que él pintó, pude reflexionar
también a cerca de nuestro legado, de lo que quedará de nosotros cuando no
estemos aquí. Nuestras obras, nuestro trabajo; los frutos de nuestra vida
siempre nos trascienden. Hace más de cien años de la muerte de Vang Gogh pero su
obra sigue viva. Las obras quedan, las gentes se van, como dice la
canción…
Y relacionado con esto último, recordé un hecho
sorprendente. Vincent Vang Gogh produjo más de 900 pinturas y más de 1000
dibujos, y cuentan que en vida apenas si logró vender un único cuadro…. Su influencia
en el postimpresionismo, expresionismo y fauvismo, entre otros, ha sido enorme.
Sus obras han batido récords en las subastas de todo el mundo, pero él murió
sin ver, ni tan siquiera imaginar o anticipar la trascendencia de su trabajo… Cuando contemplaba esos campos de girasoles o lavanda, pensaba
en todo esto.
Si os gustan sus cuadros podéis echarles un vistazo a través
de este link, aunque necesitaréis tener instalado probablemente el Crome Frame.
A través de googleartproyect vas a poder entrar
literalmente en muchos de los museos del mundo y contemplar cara a cara alguna
de las obras que te gustan, casi, como si estuvieras allí.
"Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre".
Apocalipsis 3:8
1 comentario:
Buenisimo y precioso...me encanta !!!!
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