Durante muchos años me he sentido una persona sin arraigo. ¿Porqué ? Pues, soy una persona como los lacasitos, con mucho colorido en mi vida. Si me preguntan de donde soy, nunca he sabido exactamente que decir. Un color era la influencia de la vida de mi madre que nació en Rusia, y que luego que hizo la vida en Canadá; luego, está el color de mi padre. El nació en Ucrania, pero con otro colorido de haber vivido en colonias alemanas allí. En la trayectoria de sus vidas, los dos llegaron a vivir en Brasil y a conocerse allí…se enamoraron, se casaron, y luego, llegué yo!!! Otro color. Mi infancia allí, en si, fue feliz, positiva y muy normal. Así lo vivía hasta que empezaron los cambios de mundos para mí… traslados grandes a mundos no entendidos por mi. Lacasitos de más colores…
¡se puede llegar a no gustarlos!
Con lo muchos cambios que experimentaba en mi vida, poco a poco empezaba a notar sentimientos que no había tenido antes… así como un sentir de inseguridad en mi ser…una necesidad de sentir que tenía significado como persona. A lo largo de muchos años intenté llenar ésta necesidad con ser buena o la mejor en todo lo que hacía. Mi vida era ser la mejor deportista, durante muchos años. Aunque no es malo ser bueno en lo que uno hace, se convierte en algo negativo cuando de allí uno intenta encontrar su significado.
He visto que yo tenía un vacío en mi vida, y que yo no podía llenar este hueco en mi interior por mi misma. Ví que en hacer todo lo que estaba haciendo yo no era capaz de por mi misma, traerme el significado que yo tanto buscaba. En mi mundo, desde pequeña, mis padres me hablaban de Dios, de que me amaba y de que yo tenía necesidad de El en mi vida…El me había creado… El querría que yo le reconociera como el único que puede, de verdad, llenar mi vida de gran gozo y satisfacción. Reconocí por medio de la Biblia, la palabra de Dios, que yo me había distanciado de El, de su ayuda, de su perdón. Ví, un dia, que sin reconocerle como mi única solución yo seguiría perdida… entonces hablé con Dios, le confesé mi necesidad de El para vivir una vida plena.
Tengo un caminar constante con mi Señor ahora. Mis lacasistos de tantos colores están allí todavía, pero ahora saben de otra manera y tienen un propósito en mi vida. Como le conozco cada vez más a mi creador, entiendo ahora que El es mi significado; El es mi seguridad emocional. Ahora intento darle placer en todo lo que hago…pero la motivación es distinta ahora. El colorido de estos lacasitos son mezclados, pero el blanco figura como el color de mi interior y es lo más bello, y esto es únicamente por lo que ha hecho Jesucristo en mi vida.
Continuando con el tema de colores, una de las actividades con las cual disfruto mucho es la de ayudar a otros descubrir el mejor colorido para ellos por medio de colores (de ropa y maquillaje). Dios nos ha creado…cada una siendo única. Yo intento hacer que el colorido personal de cada una se realce, en parte por los colores que Dios nos ha dado para disfrute de ellos.
Te esperamos por aquí mañana para conocer a otra amiga.
1 comentario:
Hola Rosa que historia la verdad interesante aunque un poco triste para ti, aunque lo bueno de todo es que nuestro senor Jesucristo pudiste llenar todo ese vacio y llenar tu vida de cosas positivas.
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